Un 17% de los adolescentes afirman tener capacidad para encontrar herramientas de hacking en Internet, y de éstos, un 32% confirma haberlas utilizado “por curiosidad”.
SANTIAGO, mayo 12.- Según un estudio realizado por Panda Security, el 67% de los jóvenes entre 15 y 18 años afirma haber intentado hackear en alguna ocasión cuentas de Messenger de sus conocidos. Además el 20% confirma haber reenviado fotos o videos comprometidos de compañeros por Internet o haberlas publicado en redes sociales.
De acuerdo a Panda más de la mitad de los adolescentes entre 15 y 18 años utiliza diariamente Internet, pasando una media de 18,5 horas semanales conectados. La actividad que realizan en la red está orientada, en un 32%, a asuntos relacionados con sus estudios, y un 68% lo dedican a actividades de ocio, como jugar online, ver vídeos, escuchar música, mantener conversaciones, etc.
Mientras que el 63% de los padres declara sentirse preocupado por la seguridad online de sus hijos, enfocada a las amenazas a las que pueda exponerse (contacto con desconocidos, acceso a páginas con contenidos inapropiados, etc.), ninguno señala entre sus principales preocupaciones el riesgo de que su hijo pueda estar realizando actividades ilícitas en Internet.
Sin embargo, el 67% de los jóvenes encuestados afirma haber intentado hackear, en alguna ocasión, cuentas de mensajería instantánea, redes sociales, etc., de sus conocidos. Asimismo, el 20% confirma haber reenviado fotos comprometidas de compañeros por Internet o haberlas publicado en espacios web sin consentimiento previo.
Del universo consultado, se ha detectado un perfil de usuarios adolescentes con conocimientos técnicos avanzados que admite tener capacidad para encontrar herramientas de hacking en Internet (un 17%). De éstos, casi un tercio confirma haberlas utilizado en alguna ocasión. Preguntados por la razón, el 86% dice que la curiosidad y el afán de aprendizaje les movió a investigar este tipo de herramientas públicas.
Según Luis Corrons, Director Técnico de PandaLabs, “Los conocimientos avanzados que muchos de los adolescentes adquieren a través de contenidos y herramientas gratuitas disponibles en la Red les lleva a realizar actividades muchas veces incluso ilegales. Hemos encontrado casos muy cercanos a nuestro entorno de adolescentes que han utilizado troyanos para espiar a sus parejas, que han intentado hackear servidores de instituto para tener acceso a exámenes o que incluso han suplantado la identidad de amigos o compañeros a través de redes sociales”.
Mientras que las numerosas iniciativas lanzadas en materia de educación y concienciación se suelen centrar en evitar que los peligros de la red afecten a nuestros menores, son menos las destinadas a detectar comportamientos ilícitos y corregirlos.
“Hay que animar a los jóvenes a utilizar Internet como vía de crecimiento personal, enseñándoles a un uso saludable y responsable, evitando que caigan en actividades sospechosas amparados en el anonimato que permite la Red”, dice Luis Corrons, que añade: “aunque el porcentaje es muy bajo, diariamente nos encontramos con muchos casos de ciberdelincuentes adolescentes que saltan a los medios, como es el caso del reciente autor de 16 años de los gusanos para Twitter. Calculamos que sólo el 0,5% de éstos son localizados por las autoridades competentes. Los que hoy se acercan al hacking por curiosidad, con el tiempo pueden acabar descubriendo en esta actividad una fuente de ingresos que les convierta en auténticos delincuentes.”
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